El mejor mes de abril
Caminas por la calle y, como eres un enrea, te vas fijando en lo que hay por ahí en lugar de buscar euros sueltos por el suelo. Ves esto:
Feliz por saber un poquito más, sigues tu camino. De repente, algo te obliga a detenerte. Te parece todo se ha detenido contigo pero, si pudieses prestar atención al resto de la gente, te darías cuenta de que es justo lo contrario, han acelerado su paso para evitarte. “¿Qué hará ese mirando tan fijamente el nombre de una calle?”, se preguntan.
Y tú te preguntas la razón por la que un mes de abril del siglo XVI merece estar ahí. ¿De qué año, además? Debió ser el mejor mes de abril.